lunes, 1 de septiembre de 2008

Aromas


Me desperté y vi que ya no estabas. Me fui escaleras abajo siguiendo el mismo olor que habías dejado impregnado en mis sabanas. Olor a belleza y a cansancio. Entonces me tope con el aroma de la calle, aturdiendo mi olfato y llenandome de asfalto, orina y humanidad. Deje atrás el mundo natural para entrar en mi burbuja, ajena al resto de la gente que pasaba a mi lado como si yo fuera invisible, como un fantasma persiguiéndote. Choque contra ti, contra tu esencia. Te tenia tan cerca que podía oler el aroma férreo de tu sangre. Me metí tan dentro de tu cuerpo que pude sentir tus pensamientos. Saboree tus recuerdos, los dulces y los amargos. Me quede allí acurrucada, en un rincón de ti mismo. Ya tan agarrada que nadie podría soltarme ya de ahí.

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