domingo, 4 de noviembre de 2007



Silencio fuera.
Los corazones de los hombres se han parado.
Ahora solo escucho el sordo ronroneo de tus dedos deslizándose por mi cuello.

Vuelve el ruido.
Y te has ido de mi cama.
Oigo en mi cabeza "la vie en rose", con la partida voz de Edith Piaf clavandose en mis entrañas.

Y muere un poeta, bañando con su sangre un oscuro escritorio con versos malditos de despedida.
Mi cama te extraña...
Necesito volver a hundir mis manos en tu pelo.

Se marchita otra rosa.
Arrancada su vida de cuajo como símbolo de amor.
No entiendes por que duele el latir de un corazón.